Impacto de la política comercial de Trump en China

Trump avivó una guerra comercial con China que redefinió el comercio global, impactando economías y rompiendo con enfoques diplomáticos anteriores.

El expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, sigue siendo una figura central en el panorama político internacional. Su enfoque hacia las relaciones comerciales y políticas con China ha sido uno de los temas más debatidos en su legado presidencial y continúa siendo un punto crucial en la política global. Durante su mandato, Trump implementó una serie de aranceles comerciales a productos chinos, lo que marcó el inicio de una guerra comercial que afectó a ambos países y tuvo repercusiones en el comercio mundial.

La política comercial de Trump con China

La administración de Trump argumentó que los aranceles eran necesarios para corregir prácticas comerciales desleales por parte de China, las cuales, según Trump, afectaban negativamente a los trabajadores y empresas estadounidenses. Este enfoque también buscaba limitar el acceso de China a tecnologías avanzadas, consideradas cruciales para la seguridad nacional de los Estados Unidos.

“Hemos sido golpeados durante mucho tiempo por el sistema de comercio mundial injusto, y esto debe detenerse,” afirmó Trump en varias ocasiones durante su mandato.

La guerra comercial resultante tuvo un impacto significativo no solo en las economías de Estados Unidos y China, sino también en el comportamiento de otros países que se vieron atrapados en medio de estas tensiones. Los países continuaron ajustando sus relaciones comerciales y buscando nuevas alianzas frente a la incertidumbre económica.

  • En 2018, Trump impuso aranceles sobre aproximadamente 200 mil millones de dólares en importaciones chinas.
  • China respondió con aranceles sobre 60 mil millones de dólares en bienes estadounidenses.

A pesar de haber dejado el cargo en 2021, Trump sigue influyendo en la política estadounidense y global. Su enfoque hacia China, en particular, sigue siendo un tema candente en los debates sobre política exterior. Algunos analistas sugieren que su estrategia ha llevado a un cambio de paradigma en cómo Estados Unidos aborda sus relaciones con China, rompiendo con enfoques anteriores más diplomáticos y centrándose en una postura más confrontativa y proteccionista.