En una sociedad en constante evolución, se suele pasar por alto la importancia de ciertas actividades cotidianas. Entre ellas, ir al retrete es una de las prácticas más subestimadas, aunque cruciales. La forma en que una sociedad maneja sus desechos influye significativamente en la salud pública, el entorno y la vida diaria.
Implicaciones del acceso a instalaciones adecuadas
La falta de acceso a sanitarios adecuados es un problema grave en muchas partes del mundo. Este problema no solo afecta a la dignidad, sino también a la salud. Algunas estadísticas globales revelan lo siguiente:
- Cerca de 4.200 millones de personas carecen de servicios de saneamiento gestionados de forma segura.
- Alrededor de 673 millones de personas aún defecan al aire libre.
- En hospitales en países en desarrollo, uno de cada cinco carece de servicios de saneamiento básicos.
Las consecuencias de esta falta de saneamiento son vastas. Se estima que más de 432 mil muertes al año se deben a enfermedades relacionadas con esta problemática. Además, impacta fuertemente en el desarrollo económico y la igualdad de género. Las mujeres y las niñas, en particular, son las más afectadas, ya que enfrentan riesgos adicionales para su seguridad y su educación.
El columnista lanza un llamado a la acción, señalando que es esencial dar prioridad a las infraestructuras de saneamiento para garantizar un futuro más saludable.
“Invertir en retretes es invertir en las personas, en sus oportunidades y en su bienestar tan necesario”, enfatiza el autor.
A fin de cuentas, mejorar el acceso al saneamiento es crucial para fomentar comunidades sostenibles y equitativas, contribuyendo así al bienestar global.