En el estado de Chiapas, un coro comunitario se ha convertido en un refugio para niños de familias desplazadas por la violencia. Este grupo no solo ofrece un espacio seguro para estos menores, sino también una oportunidad para expresar sus emociones y encontrar su voz a través de la música. La comunidad, golpeada por enfrentamientos entre grupos armados, se esfuerza día a día para superar los estragos de la violencia que ha obligado a muchas familias a abandonar sus hogares.
Iniciativa transformadora
El coro comunitario, dirigido por voluntarios de la región, ha permitido que alrededor de 50 niños participen activamente en actividades musicales. A través de esta iniciativa, se busca promover la paz, la expresión artística y la unidad entre los jóvenes afectados por la situación de violencia en la zona. Los organizadores esperan que, con el tiempo, más niños y adolescentes se unan a este proyecto.
Para muchos de estos niños, el coro representa una válvula de escape y un medio para procesar sus experiencias personales. Uno de los directores del coro mencionó,
“La música tiene el poder de sanar y unir a las personas, esperamos que este coro inspire esperanza en nuestros niños.”
Algunas cifras sobre la situación de desplazamiento en Chiapas incluyen:
- Más de 3,000 personas han sido desplazadas en los últimos meses.
- Alrededor de 200 familias han buscado refugio en comunidades vecinas.
- Un aumento del 15% en desplazamientos respecto al año anterior.
El coro comunitario destaca como un ejemplo de cómo la música puede ofrecer esperanza y consuelo en medio de la adversidad, proporcionando una vía para el cambio social y la sanación emocional en estas comunidades afectadas.