El gobierno de Texas ha ampliado su controvertida estrategia de seguridad fronteriza instalando una nueva línea de boyas sobre el río Bravo. Esta acción se ha llevado a cabo en la frontera entre Piedras Negras, Coahuila, y Eagle Pass, Texas, y busca disuadir el cruce no autorizado de personas a través del río. La medida ha sido recibida con críticas de defensores de derechos humanos, quienes consideran que representa un peligro para quienes intentan cruzar.
Nuevo tramo de barrera flotante
La colocación de estas boyas forma parte de las tácticas del programa Operación Lone Star, lanzado por el gobernador de Texas, Greg Abbott, con el objetivo de reducir la inmigración irregular. Según las autoridades texanas, esta barrera flotante es esencial para la seguridad y control de la frontera.
La instalación de estas boyas es una “respuesta necesaria para proteger nuestra frontera y asegurar que se respeten nuestras leyes”, indicaron fuentes del gobierno estatal de Texas.
Sin embargo, opositores a esta medida afirman que la estructura podría incrementar el riesgo de ahogamiento. Las boyas fueron parte de una serie de acciones que incluyen también el despliegue de miembros de la Guardia Nacional y la instalación de barreras de alambre de púas.
- El proyecto Operación Lone Star ha implicado una inversión significativa en recursos de seguridad.
- Texas ha instalado varios tramos de barricadas y boyas en diferentes puntos del río.
La tensión sobre cómo manejar la frontera continúa siendo un tema candente en las relaciones entre Estados Unidos y México, y esta expansión de boyas en el río Bravo no es una excepción. Las conversaciones sobre sus implicaciones humanas y diplomáticas están en curso.