En Coahuila, la reciente designación de la nueva Fiscal de las Mujeres y Niñez impone importantes desafíos, destacándose la atención a la violencia vicaria, que surge como uno de los principales retos a enfrentar en su gestión. Diversos colectivos han expresado sus expectativas y necesidades ante esta realidad, solicitando una respuesta eficaz y comprometida de las autoridades.
Violencia vicaria: un desafío emergente
La violencia vicaria es un tipo de violencia familiar en la que el agresor busca dañar a la madre a través del sufrimiento de sus hijos. Este fenómeno ha ganado un mayor reconocimiento en años recientes, motivando a los colectivos a pedir políticas públicas y acciones más efectivas para su prevención y atención.
Los colectivos feministas y de derechos humanos demandan una serie de medidas concretas, entre las que destacan:
- El incremento de recursos destinados a investigaciones especiales sobre violencia vicaria.
- Capacitación obligatoria para el personal judicial y administrativo en materia de género y derechos infantiles.
- Establecimiento de protocolos sólidos y claros para la atención de tales casos.
Una representante de uno de estos colectivos expresó:
“La violencia vicaria es una forma extrema de control masculino sobre las mujeres y niñas, y no puede seguir siendo invisible para las autoridades”.
Se espera que la nueva fiscal implemente estrategias que aseguren no solo el reconocimiento de la violencia vicaria, sino también el desarrollo de un sistema de respuesta contundente, buscando la protección y bienestar de las víctimas. La comunidad y organizaciones civiles estarán atentas al progreso en este ámbito, considerando que la eficacia en el tratamiento de esta problemática será un indicador clave del compromiso gubernamental con los derechos de mujeres y niñas en el estado.