Traslados Post Mortem: Los Viajes de Hernán Cortés

Hernán Cortés, el conquistador español de México-Tenochtitlan, ha tenido un destino inusual incluso después de su muerte en 1547. Sus restos han experimentado un inquietante periplo de traslados y ocultamientos a lo largo de la historia. La razón detrás de estos movimientos ha sido, en gran medida, el carácter controvertido de su figura, visto por algunos como un héroe y por otros como un villano.

Un Viaje de Siglos y Controversias

Inicialmente, Cortés fue enterrado en el convento de San Isidoro del Campo en Sevilla, España, en 1547. Sin embargo, apenas un año después, sus restos fueron trasladados a México, cumpliendo así su última voluntad. Desde entonces, han sido desenterrados y trasladados en diversas ocasiones debido a conflictos políticos y sociales, reflejando las cambiantes percepciones de su legado.

Los siguientes lugares han sido testigos de estos cambios:

  • 1547: Sevilla, España
  • 1548: Monasterio de San Francisco, Texcoco, México
  • 1566: Hospital de Jesús, Ciudad de México
  • 1629: Iglesia del Monasterio de San Francisco, Ciudad de México
  • 1794: Colegio de Sagrados Corazones, Puebla, México
  • 1823: Cementerio de San Fernando, Ciudad de México
  • 1843: Iglesia del Hospital de Jesús Nazareno, Ciudad de México

“Aquí yacen los restos del conquistador de México”, reza la placa que hoy día se encuentra en el Hospital de Jesús, uno de los lugares donde reposaron sus restos.

Los restos de Cortés han quedado como un símbolo tangible de la complicada historia entre España y México. La continua movilización de sus restos resalta el debate sobre su impacto en la historia y la cultura mexicanas. La última vez que fueron trasladados, en 1946, sus restos volvieron al Hospital de Jesús, donde aún permanecen, quizás descansando definitivamente.