El líder polígamo Samuel Bateman fue sentenciado a cinco años en prisión después de ser hallado culpable de cargos federales por abuso sexual infantil y destrucción de pruebas. Bateman, quien había sido líder de una secta escindida de la Iglesia Fundamentalista de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (FLDS), fue detenido el año anterior en Estados Unidos. Su sentencia incluye violaciones graves a las leyes relacionadas con menores, quienes eran convencidos o coaccionados para participar en actividades ilícitas.
Detalles del caso y antecedentes
Samuel Bateman, quien alguna vez fue considerado una figura influyente dentro de la comunidad polígama, había acumulado un número significativo de seguidores. La investigación sobre Bateman reveló prácticas profundas de manipulación y abuso sistemático. Durante el juicio, varios testigos proporcionaron pruebas clave sobre su involucramiento en delitos atroces que involucraban a menores. Las autoridades señalaron que la comunidad bajo el liderazgo de Bateman operaba de manera aislada, lo que permitía la perpetuación de estos abusos.
El tribunal escuchó testimonios de víctimas y testigos, quienes describieron un ambiente de control estricto y prácticas coercitivas. La fiscalía argumentó que Bateman utilizaba su posición de poder para facilitar estos crímenes, sugiriendo que había funcionado bajo una fachada de creencias religiosas para perpetrar sus actos. En su defensa, Bateman y su equipo legal habían argumentado la inocencia pidiendo clemencia basándose en la nulidad de intenciones maliciosas.
- Cinco años de prisión para Samuel Bateman.
- Cargos por abuso sexual infantil.
- Destrucción de pruebas como parte de la sentencia.
- Comunidad escindida de la Iglesia Fundamentalista de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
El caso de Bateman ha generado un debate en curso sobre las prácticas de ciertas comunidades religiosas aisladas y cómo sus líderes pueden, en algunos casos, actuar fuera del alcance de la ley durante períodos prolongados. Las autoridades han reiterado su compromiso con la protección de menores y han hecho un llamado a la colaboración comunitaria para prevenir situaciones similares en el futuro.
“Este caso destaca la necesidad urgente de monitorear de cerca las comunidades cerradas para asegurar el bienestar de todos sus miembros, especialmente de los más vulnerables”, señalaron las autoridades durante la conferencia de prensa posterior al veredicto.
La sentencia de Bateman es vista por muchos como un paso vital hacia la justicia para las víctimas y un punto clave en la lucha contra el abuso en comunidades cerradas. Los esfuerzos por desmantelar su estructura de poder continúan, con la esperanza de erradicar prácticas dañinas y proteger a futuras víctimas.