En un reciente aumento de las tensiones en el Medio Oriente, las fuerzas de Israel llevaron a cabo ataques en la región de Damasco, Siria. Este suceso ocurrió pocos días después de que irrumpiera un conflicto armado en el sur de Siria, observando una actividad militar que ha puesto en alerta a ambas naciones y a la comunidad internacional.
Operaciones Militares en Siria
El ejército israelí confirmó que sus fuerzas atacaron múltiples objetivos en Siria, como respuesta a los lanzamientos de cohetes que, según afirman, provenían de territorio sirio y estaban destinados a impactar suelo israelí. Las autoridades sirias, por su parte, han declarado que sus defensas aéreas lograron interceptar varios de estos ataques, minimizando así el daño potencial.
“Estamos comprometidos a proteger a nuestros ciudadanos y tomaremos todas las medidas necesarias para neutralizar las amenazas,” declaró un portavoz del gobierno israelí, subrayando el derecho de Israel a la autodefensa.
Este reciente intercambio es parte de un patrón de hostilidades que ha tensado las relaciones entre ambos países durante décadas. Israel ha expresado en múltiples ocasiones su preocupación por la presencia de milicias apoyadas por Irán que operan en territorio sirio, lo cual consideran una amenaza directa a su seguridad nacional.
Por parte del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización con sede en el Reino Unido que monitorea la guerra en Siria, se informó que los ataques israelíes alcanzaron almacenes de armas pertenecientes a milicias proiraníes. Aunque no se especificaron las bajas en este incidente, se mencionó que las explosiones fueron significativas.
En los últimos años, Israel ha llevado a cabo cientos de ataques en Siria con el objetivo de frenar el fortalecimiento de estas milicias. A continuación, se presentan algunos datos sobre la frecuencia de estos incidentes:
- Más de 400 ataques aéreos israelíes en Siria desde 2017.
- Frecuencia de un ataque aéreo cada pocas semanas en el último año.
- Enfocados principalmente en posiciones de Hezbolá y la Guardia Revolucionaria Iraní.
Ante esta situación, tanto expertos como oficiales de diferentes países llaman a la contención y el diálogo para evitar una escalada mayor que pudiera desestabilizar aún más la región. Naciones Unidas y diversas organizaciones internacionales continúan monitoreando la situación de cerca.