El 7 de diciembre, hogares en Colombia se iluminan con velas y faroles, marcando el inicio tradicional de las festividades navideñas. Esta celebración, conocida como el “Día de las Velitas”, es un símbolo de esperanza y unidad familiar. En ciudades pequeñas y grandes, las calles se embellecen con luces que evocan la llegada de la Navidad.
Tradición y Modernidad
La ceremonia de encender velas en Colombia se remonta al siglo XIX. Sin embargo, la tradición ha evolucionado, incorporando aspectos modernos sin perder su esencia familiar. Las velas son colocadas en ventanas, balcones y calles, mientras las familias se reúnen para compartir comidas típicas y momentos de reflexión.
La festividad también representa una oportunidad para que los colombianos recuerden y honren a sus seres queridos que han partido. Esta tradición, además, es percibida como un preludio de la temporada navideña, generando un ambiente lleno de alegría y unión.
Las estadísticas recientes indican que:
- El 80% de los hogares colombianos se involucra activamente en esta tradición.
- Más del 50% de las ciudades en Colombia organizan eventos comunitarios alrededor de esta fecha.
- El consumo de velas durante esta temporada se incrementa en un 40% en comparación con el resto del año.
La celebración del Día de las Velitas también tiene un impacto económico positivo. El aumento en las ventas de velas y decoraciones navideñas proporciona un impulso a comerciantes locales. Esto es crucial, especialmente en situaciones económicas desafiantes, donde cualquier incremento en la actividad comercial es bienvenido por las comunidades.
La escritora y periodista María Gómez afirma:
“El Día de las Velitas no es solo una tradición, sino una forma de renovar nuestros deseos de paz y prosperidad para el año venidero.”
Mientras las velas iluminan las calles y corazones en Colombia, esta celebración se convierte en un faro de esperanza para el futuro, anclada en raíces históricas que siguen uniendo a las familias y a las comunidades en todo el país.