En el tranquilo pueblo de Viesca, Coahuila, la historia de Goyita ha resonado con fuerza como un ejemplo de dedicación y amor al prójimo. Goyita, conocida formalmente como Gregoria Orozco, ha dedicado su vida a la enseñanza y labor comunitaria en su rol de catequista, una posición que ha desempeñado por décadas con profunda fe y convicción.
Devoción y servicio
Goyita comenzó su camino en la catequesis cuando apenas tenía dieciséis años. Impulsada por su firme creencia en la importancia de la educación religiosa y el apoyo a su comunidad, se ha mantenido activa en este servicio a lo largo de su vida. Su compromiso no solo se limita a la enseñanza, sino que también incluye la organización de actividades comunitarias que fomentan la unión y la espiritualidad entre los habitantes del lugar.
El impacto positivo de Goyita no pasa desapercibido. Su trabajo ha sido reconocido en múltiples ocasiones por la comunidad local, que valora y aprecia su constante esfuerzo y dedicación. Ella ha logrado unir a varias generaciones a través de su trabajo, creando un legado de fe y esperanza en Viesca.
En palabras de algunos miembros de la comunidad:
«La entrega de Goyita es inigualable; su vida entera ha sido un ejemplo de lo que significa el verdadero servicio desinteresado».
Su enfoque no solo se limita a la enseñanza, sino que Goyita ha desarrollado modalidades innovadoras para llegar a más personas, adaptándose a las necesidades cambiantes de cada grupo.
- Cerca de 50 años en el servicio comunitario.
- Más de 200 niños catequizados bajo su guía.
- Participación activa en más de 30 eventos comunitarios al año.
En un mundo donde el altruismo es cada vez más escaso, personas como Goyita iluminan el camino y demuestran que, con fe y dedicación, se pueden trascender barreras y dejar una huella imborrable en la sociedad.