En el corazón de Saltillo, la historia no solo se cuenta, sino que se escucha en el eco de sus antiguas calles y en el susurro del viento que acaricia sus estructuras más antiguas. En sus rincones, residen los recuerdos de oficios que alguna vez fueron el pilar de la vida diaria de sus habitantes. Estos oficios han sido desplazados con el tiempo, pero su legado persiste en la memoria colectiva de la ciudad.
Oficios olvidados de Saltillo
Saltillo, una ciudad rica en historia, albergó en su momento una diversidad de oficios que moldearon su economía local. Entre estos se destacaban:
- Arrieros: quienes eran responsables de transportar bienes y mercancías entre pueblos, utilizando para ello mulas y burros.
- Petaqueros: expertos en la fabricación de petacas, productos de cuero que solían ser muy demandados.
- Carboneros: encargados de proveer el carbón necesario para las operaciones domésticas e industriales.
Estos trabajos no solo eran fundamentales para la economía del lugar, sino que también influyeron en la cultura y las tradiciones de la comunidad. Sin embargo, la modernidad trajo consigo un fenómeno que comenzó a desplazar estos oficios tradicionales: la llamada “destrucción creativa”.
El término, originalmente acuñado por el economista Joseph Schumpeter, describe la manera en que la innovación industrial y tecnológica desplaza lo viejo, dando paso a lo nuevo. En Saltillo, esto significó un cambio en la estructura laboral y una adaptación inevitable por parte de los trabajadores.
“Las innovaciones industriales transformaron el paisaje laboral de Saltillo, llevando a muchos a reconfigurar sus habilidades”, comentan expertos en historia local.
A pesar de los cambios, algunos de estos oficios han encontrado maneras de sobrevivir, adaptándose a las exigencias del presente. Por ejemplo, algunos artesanos han transformado sus habilidades tradicionales en productos turísticos o en artículos de lujo.
Con estos cambios, Saltillo continúa siendo una ciudad que honra su pasado mientras se adapta activamente al futuro, incorporando nuevos métodos y tecnologías a su identidad cultural y económica. Así, mientras algunos oficios se desvanecen en la memoria del tiempo, otros resurgen con renovada vitalidad.