El proyecto de la refinería de Dos Bocas, ubicado en Paraíso, Tabasco, ha sido objeto de críticas debido a que, a pesar de las promesas hechas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, aún no se ha logrado refinar ni un solo barril de petróleo desde su inauguración. La refinería fue anunciada como un paso fundamental hacia la autosuficiencia energética de México, pero los resultados hasta el momento han dejado mucho que desear.
Promesas incumplidas
A pesar de que se había anunciado que la refinería comenzaría a operar en 2022, la realidad es que todavía no ha iniciado sus operaciones de refinación. La refinería Olmeca, nombre oficial del proyecto, se inauguró simbólicamente el 1 de julio de 2022, sin embargo, no está lista para producir combustibles.
La inversión en el proyecto ha sido significativa, alcanzando miles de millones de dólares. Según datos oficiales, el costo de la refinería se estimó inicialmente en 8 mil millones de dólares, pero se ha reportado que esta cifra ha aumentado considerablemente:
- Se proyectó iniciar operaciones en 2022.
- La inversión inicial fue de 8 mil millones de dólares.
- El costo real podría haber aumentado por encima de los 12 mil millones de dólares.
La situación ha suscitado críticas y preocupación sobre la gestión del proyecto. Además, expertos y analistas han puesto en duda la viabilidad económica y técnica de la refinería, enfatizando la necesidad de cumplir con los compromisos de producción planteados originalmente.
En declaraciones recientes, el presidente López Obrador reafirmó su compromiso con el proyecto, señalando que se están realizando los trabajos necesarios para que la refinería entre en funcionamiento lo más pronto posible.
“Estamos trabajando para que la refinería esté operativa pronto. Es un proyecto estratégico para el país”, declaró el mandatario durante su conferencia matutina.
El gobierno sostiene que alcanzar la autosuficiencia energética reducirá significativamente las importaciones de gasolina, beneficiando a la economía nacional. Sin embargo, la espera prolongada sin resultados tangibles ha generado escepticismo en torno a la efectividad de los planes energéticos actuales.