El despojo es un delito patrimonial que ha incrementado considerablemente en México, afectando principalmente a personas de la tercera edad. Este delito consiste en privar a alguien de sus bienes inmuebles, ya sea a través de engaños, amenazas o incluso violencia. Las personas mayores son particularmente vulnerables debido a su situación de salud, aislamiento o falta de apoyo familiar.
Afectación a la tercera edad
El incremento en los casos de despojo ha sido alarmante, especialmente en el contexto de adultos mayores. Estas personas, debido a su situación de vulnerabilidad, se convierten en blancos fáciles para quienes buscan aprovecharse de ellos. A menudo, no cuentan con los recursos necesarios para enfrentar un proceso legal, lo que complica aún más su situación.
Datos recientes indican que los casos de despojo aumentan cada año, y las autoridades han identificado patrones preocupantes en estos delitos:
- La mayoría de los casos involucran engaños o fraudes.
- Un gran porcentaje de las víctimas son mujeres mayores de 60 años.
- Los perpetradores suelen ser conocidos de las víctimas, como familiares o amigos cercanos.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha emitido recomendaciones para proteger a este sector de la población. Además, se hace un llamado a que los familiares de las personas mayores estén alerta ante posibles signos de despojo. Esto incluye la revisión periódica de documentos legales y la supervisión de las relaciones sociales de sus seres queridos.
“Es crucial que los adultos mayores cuenten con una red de apoyo que pueda brindar asistencia legal y emocional de ser necesario”, afirmaron las autoridades.
Es evidente la necesidad de implementar políticas públicas que protejan de manera efectiva a las personas de la tercera edad frente al despojo. Mientras tanto, es esencial fomentar la denuncia de estos delitos y asegurar que las víctimas reciban el apoyo adecuado para recuperarse de sus pérdidas.