En el escenario político internacional, México y Canadá han adoptado estrategias divergentes en relación con el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump. La administración de Trump desafió las normas tradicionales del comercio y la diplomacia, creando un clima de incertidumbre que obligó a sus vecinos al norte y al sur a ajustar sus tácticas.
Aproximación de México
En el caso de México, el enfoque fue de apaciguamiento. El presidente Andrés Manuel López Obrador optó por mantener una relación cordial con Trump, a pesar de las controversias. Esto se evidenció en su decisión de visitar la Casa Blanca y de no confrontar públicamente a Trump en temas críticos como la migración o el muro fronterizo. López Obrador justificó este acercamiento como una medida pragmática para proteger la estabilidad económica y social de México, considerando la dependencia comercial con EUA.
“No nos peleamos con el Gobierno de Estados Unidos, buscamos mantener una buena relación por el bien de nuestro país”, mencionó López Obrador en numerosas ocasiones.
Este enfoque, aunque criticado por algunos sectores en México, fue concebido como una estrategia para salvaguardar los intereses nacionales evitando conflictos innecesarios.
Posición Canadiense
Por el contrario, Canadá tomó una postura más activa y confrontativa. Bajo el liderazgo del primer ministro Justin Trudeau, Canadá no dudó en expresar su desacuerdo con políticas específicas de Trump, especialmente en áreas como el comercio y el cambio climático. El gobierno canadiense trabajó para fortalecer alianzas multilaterales y buscó diversificar sus mercados de exportación para reducir la dependencia económica de Estados Unidos.
Esta táctica incluyó la imposición de aranceles de represalia en respuesta a las tarifas de acero y aluminio impuestas por Trump, así como la renovación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) bajo términos reformulados en el nuevo acuerdo USMCA.
- Aranceles impuestos por EUA a productos canadienses: acero y aluminio.
- Respuestas de Canadá: tarifas de represalia y renegociación del TLCAN.
A pesar de los enfoques diferenciados, ambos países lograron navegar el turbulento periodo de la administración Trump, demostrando que no existe una solución única para enfrentar los desafíos en la política internacional.