México ha perdido una disputa comercial frente a Estados Unidos en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) sobre la prohibición del maíz genéticamente modificado. Esta controversia surge luego de que México implementara políticas para limitar la importación de este tipo de maíz, preocupando a los agricultores y exportadores estadounidenses, para quienes México es uno de los principales mercados.
Impacto de la decisión
La resolución del panel del T-MEC sostiene que la prohibición mexicana viola los acuerdos previamente establecidos, perjudicando la relación comercial entre ambos países. La Secretaría de Economía de México deberá ahora considerar cómo adaptarse a la decisión, teniendo en cuenta la importancia del maíz en la dieta y agricultura nacional.
Detallamos algunos de los aspectos centrales del conflicto:
- México es el mayor importador de maíz de Estados Unidos, representando una parte significativa de sus exportaciones.
- En 2022, alrededor del 92% del maíz importado por México provenía de cultivos genéticamente modificados.
- El rechazo se basa en preocupaciones sobre la seguridad alimentaria y la biodiversidad.
Los agricultores y políticos mexicanos han expresado su frustración ante la decisión. Un portavoz del sector agrícola comentó:
“Estamos evaluando todas las opciones para proteger la soberanía alimentaria de México y garantizar que nuestras prácticas agrícolas respeten la biodiversidad y nuestras tradiciones.”
Por su parte, los exportadores estadounidenses aplaudieron la decisión, pues temían que la prohibición afectara sus ingresos considerablemente. Con la resolución final, se espera que la importación de maíz genéticamente modificado continúe sin impedimentos, beneficiando especialmente a los granjeros del medio oeste de Estados Unidos.
Ahora, México deberá sopesar sus políticas internas con las obligaciones internacionales del T-MEC, para lo cual podría requerirse una revisión de sus regulaciones sobre el maíz y otros productos agrícolas importados.