En un reciente desarrollo político en los Estados Unidos, el estado de Nebraska juega un papel crucial en las elecciones presidenciales del país debido a su singular método de asignación de votos del Colegio Electoral. A diferencia de la mayoría de los estados, Nebraska no sigue la norma de “el ganador se lleva todo” en sus votos electorales. Este estado asigna sus votos de manera proporcional, lo que significa que los candidatos pueden compartir estos importantes sufragios.
Un sistema electoral único
Nebraska es uno de los dos estados en los Estados Unidos que divide sus votos electorales de esta manera. El otro estado que utiliza un sistema similar es Maine. La mayoría de los estados otorgan todos sus votos electorales al candidato que gana la mayoría de los votos en el estado, un sistema conocido como “winner-takes-all” (el ganador se lleva todo). Nebraska, en cambio, divide sus cinco votos electorales de la siguiente manera:
- Dos votos electorales al ganador del voto popular del estado.
- Tres votos electorales a los ganadores de cada uno de los tres distritos congresionales del estado.
Este método único puede dar lugar a resultados que difieren del típico sistema de “winner-takes-all”. Por ejemplo, en 2008, un voto electoral de Nebraska fue asignado al candidato demócrata Barack Obama, mientras que los otros cuatro fueron para el republicano John McCain, algo inusual en la política electoral estadounidense.
El impacto de este sistema es significativo, especialmente en elecciones reñidas. Según expertos, la atención que Nebraska recibe durante las campañas puede ser desproporcionada en comparación con su tamaño y población. En palabras de John Hibbing, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Nebraska-Lincoln:
“Este sistema hace que Nebraska sea un estado de interés en cada elección presidencial. Los candidatos prestan más atención y dedican más recursos a ganar cada uno de los votos electorales disponibles.”
Las próximas elecciones presidenciales de 2024 son un escenario donde este sistema podría nuevamente jugar un papel crucial. Con estados tan divididos y los márgenes de victoria tan estrechos, cada voto electoral cuenta, y Nebraska podría ser el escenario de intensas campañas y estrategias políticas.