En 2018, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, asumió el cargo con la promesa de descentralizar 32 dependencias federales con el objetivo de distribuir el desarrollo económico y reducir la concentración en la Ciudad de México. Sin embargo, esta propuesta ha quedado en gran parte incumplida a casi cinco años de su administración.
Compromiso incumplido
Una de las promesas clave de López Obrador fue trasladar secretarías y organismos federales a diferentes estados de la República, con la intención de proporcionar un impulso económico regional más equitativo. En su momento, el presidente afirmó la necesidad de “llevar el gobierno a todo el país”, pero la realidad es que esta meta ha enfrentado múltiples desafíos.
De acuerdo con datos recientes, la Secretaría de la Función Pública señala que la ejecución de la descentralización ha sido limitada. Entre las dificultades mencionadas se encuentran problemas logísticos, resistencia de empleados y falta de infraestructura adecuada en algunas entidades federativas.
Hasta la fecha, solo un puñado de dependencias han sido parcialmente descentralizadas. Los datos obtenidos muestran lo siguiente:
- Secretaría de Energía: se trasladó parcialmente a Villahermosa, Tabasco.
- Secretaría de Educación Pública: algunos funcionarios fueron transferidos a Puebla.
- Comisión Nacional del Agua: iniciaron los esfuerzos para moverla a Veracruz.
No obstante, muchas otras dependencias continúan operando desde la capital del país, sin un plan claro de traslado a corto o mediano plazo.
“Vamos a trabajar para descentralizar el poder y generar desarrollo en todo México”, dijo AMLO en su toma de posesión en 2018.
La descentralización del gobierno sigue siendo una de las tareas pendientes más grandes de este sexenio. Los ciudadanos y analistas políticos continúan observando de cerca si se podrán superar las barreras y cumplir con esta meta antes de fin de su mandato.