El cambio climático está causando estragos en la pequeña comunidad de Newtok, en Alaska. Esta aldea, habitada largamente por indígenas Yupik, se enfrenta a una urgente necesidad de reubicación debido a la erosión y al aumento del nivel del mar. Uno de los residentes, George Carl White, ha documentado los profundos cambios que ha experimentado su comunidad a lo largo de los años, destacando la pérdida de fauna, flora y estructuras fundamentales.
Desafíos y esfuerzos de reubicación
Newtok, una comunidad de aproximadamente 380 personas, ha luchado contra la erosión costera por décadas. A medida que el río Ninglick se adentra cada vez más en el pueblo, los preparativos para la reubicación se han vuelto cada vez más apremiantes. El gobierno de Estados Unidos designó una nueva ubicación para la comunidad en el área de Mertarvik, ubicada a unos 15 kilómetros al sur, donde la construcción de nuevas viviendas está en marcha.
El proceso de reubicación ha sido arduo y costoso. Desde 2019, alrededor de 150 residentes han sido trasladados a Mertarvik, pero muchos aún permanecen en Newtok. Los altos costos asociados, que incluyen la construcción de nuevas infraestructuras y viviendas, han dificultado una transición más rápida.
“La vida en Newtok es cada vez más insegura. El desprendimiento de la tierra y la pérdida constante de terreno son riesgos diarios,” comentó George Carl White, al referirse a las condiciones actuales.
La comunidad ha recibido asistencia federal, pero la magnitud del desafío ha superado las capacidades locales y estatales. Según datos oficiales, la situación es crítica:
- El pueblo ha perdido un promedio de 21 metros de tierra por año debido a la erosión costera.
- Aproximadamente 75% de las estructuras existentes en Newtok podrían ser inhabitables si no se actúa rápidamente.
- El coste estimado para completar la reubicación en Mertarvik se sitúa en torno a 100 millones de dólares.
El cambio climático no muestra signos de desaceleración, y mientras Newtok lucha por sobrevivir, su situación destaca la urgencia de tomar medidas globales más contundentes. La historia de este pequeño pueblo, aunque sombría, sirve como recordatorio de la devastadora realidad que muchas comunidades están enfrentando en todo el mundo debido a los cambios ambientales.