Durante el funeral de Alejandro Arcos, celebrado en Chilpancingo, el ambiente estuvo marcado por una fuerte carga emocional y protestas en contra de Norma Otilia Hernández, exalcaldesa de la región. Los asistentes del velorio no escondieron su descontento con la exfuncionaria, a quien llamaron “asesina” y “traidora”. Estas acusaciones reflejan el tenso ambiente político que actualmente se vive en este municipio de Guerrero.
Acusaciones y tensiones políticas
El asesinato de Alejandro Arcos ha generado conmoción y sospechas entre la población local. Arcos era una figura pública con influencia en la política local y su muerte ha sido interpretada por algunos como parte de un conflicto más amplio entre grupos políticos rivales. La situación en Chilpancingo se ha vuelto aún más volátil debido al incremente en casos de violencia política en la región.
Las cifras de violencia en Guerrero, y particularmente en Chilpancingo, son preocupantes. Según datos recientes:
- El índice de homicidios ha aumentado en un 20% en el último año.
- Más de 15 ataques a figuras políticas se han registrado en los últimos 12 meses.
Un asistente al funeral explicó la frustración y angustia que sienten:
“Es una situación insostenible, queremos justicia y seguridad para nuestras familias.”
Este sentir es compartido por muchos habitantes de la región, quienes exigen que las autoridades tomen medidas más efectivas para combatir la violencia y garantizar la seguridad de los ciudadanos.