Toshiyuki Mimaki, sobreviviente de la histórica bomba atómica lanzada en Hiroshima hace 78 años, ha expresado su esperanza de que los Premios Nobel de este año contribuyan a terminar con los conflictos bélicos actuales, especialmente en contextos como el de Ucrania. Mimaki, quien ahora tiene 81 años, recuerda que los devastadores efectos de la bomba le quitaron la vida a su madre y a su hermano menor. Este trágico suceso lo motivó a dedicarse a la abogacía por la paz.
El impacto de las armas nucleares
En su papel como vicepresidente de la Organización de Hibakusha de Hiroshima por la Abolición de Armas Nucleares, Mimaki ha dedicado su vida a buscar el desarme nuclear global. Durante una reciente conferencia de prensa en Oslo, expresó su deseo de que la comunidad internacional tome medidas firmes hacia el desarme.
Mimaki enfatizó el siguiente punto:
“El uso de armas atómicas es un acto inhumano e inaceptable. La humanidad no puede soportar otra catástrofe de tal magnitud.”
Según estadísticas históricas y académicas, el ataque a Hiroshima tuvo los siguientes efectos devastadores:
- Alrededor de 140,000 personas murieron a finales de 1945 debido a los efectos de la bomba.
- Muchas más sufrieron heridas y enfermedades a causa de la radiación.
La comunidad de sobrevivientes, conocidos como hibakusha, continúan abogando por la paz mundial, utilizando sus experiencias personales como testimonio de los horrores de la guerra nuclear. Mimaki aspira a que su labor inspire a líderes internacionales a buscar soluciones pacíficas y a preveer cualquier uso futuro de tales destructivas armas.