En Saltillo, el legado de Roberto Carrillo Bravo, un distinguido educador, sigue floreciendo en las generaciones actuales. Nacido en 1932, Carrillo Bravo dedicó su vida profesional a la enseñanza, desempeñándose como maestro y director en diversas escuelas de la región. Su vocación por la educación trascendió más allá de impartir conocimientos, puesto que buscaba sembrar valores en el corazón de sus estudiantes.

Un legado educativo y humano

Carrillo Bravo inició su carrera docente a los 19 años. A lo largo de más de cuatro décadas, influyó profundamente en sus alumnos a través de su dedicación y compromiso. Sus colegas y estudiantes lo recuerdan no solo por su habilidad para enseñar matemáticas, sino también por su capacidad para inspirar a otros a alcanzar su máximo potencial.

Carrillo Bravo es recordado por sus principios sólidos y amor por la enseñanza. Un exalumno comentó:

“El profesor Carrillo fue más que un maestro. Nos enseñó a ser personas de bien”.

Estos valores fueron integrales en su pedagógica, fomentando el respeto y la responsabilidad entre sus pupilos.

Su impacto puede observarse en los innumerables estudiantes que pasaron por sus aulas y que siguen llevando consigo las enseñanzas del maestro. Las cifras hablan por sí solas:

• Más de 40 años de carrera docente.
• Cientos de estudiantes influenciados por sus enseñanzas.

El trabajo de Carrillo Bravo continúa siendo una fuente de inspiración para los nuevos educadores que ven en él un modelo a seguir. Sin duda, el maestro Carrillo Bravo dejó una huella imborrable en la comunidad educativa de Saltillo.