Dos periodistas iraníes han sido sentenciadas a prisión tras ser acusadas de colaborar en la publicación de historias que se centraron en la controvertida muerte de Mahsa Amini, una joven que falleció mientras estaba bajo custodia de la policía de moralidad de Irán. La sentencia se dictó luego de que las periodistas cubrieran el caso que generó protestas masivas en el país.
Contexto de las sentencias
Niloofar Hamedi y Elaheh Mohammadi, las periodistas condenadas, enfrentaron juicios en el Tribunal Revolucionario de Teherán. A ambas se les imputó una serie de cargos, entre ellos “colaborar con gobiernos hostiles” y “difundir propaganda anti-regimen”. Estas sentencias han suscitado críticas internacionales, considerando que su trabajo consistía en realizar cobertura informativa sobre una cuestión de alto interés público.
La muerte de Mahsa Amini ocurrió en septiembre de 2022, y desde entonces el caso ha sido un punto de inflexión para las tensiones sociales en Irán. Amini, de 22 años, murió en circunstancias sospechosas tras ser detenida por no usar su hiyab correctamente, según las normativas estrictas del país. Este hecho motivó una serie de manifestaciones en diversas ciudades iraníes, que se prolongaron durante meses.
El poder judicial de Irán ha sido objeto de críticas por parte de organizaciones internacionales de derechos humanos, quienes argumentan que las acusaciones y juicios contra estas periodistas son una medida para silenciar a la prensa y reprimir la libertad de expresión.
De acuerdo con informes del New York Times, Hamedi fue condenada a siete años de prisión, mientras que Mohammadi recibió una condena de seis años. Estas penas reflejan el endurecimiento de las restricciones a los medios de comunicación en Irán, especialmente aquellos que reportan sobre temas sensibles o críticos hacia el gobierno.
- Mahsa Amini murió en septiembre de 2022 bajo custodia policial.
- Niloofar Hamedi sentenciada a siete años de prisión.
- Elaheh Mohammadi sentenciada a seis años de prisión.
El caso ha generado preocupación entre activistas y defensores de derechos humanos, quienes ven en estas condenas un intento claro de intimidar y disuadir a los medios de reportar sobre situaciones críticas.
“La libertad de prensa está siendo atacada gravemente en Irán, y esta sentencia envía un mensaje peligroso a los periodistas que trabajan bajo presión”, declaró un portavoz de Reporteros Sin Fronteras.
La comunidad internacional sigue atenta a la evolución de este caso y las posibles acciones que se puedan tomar para apoyar a las periodistas iraníes y a sus familias en la búsqueda de justicia.