En México, el papel del ejército se ha fortalecido considerablemente en los últimos tiempos, planteando preguntas sobre la necesidad de una reforma comprehensiva para garantizar un equilibrio de poderes adecuado y el respeto a los derechos humanos. A pesar del incremento en sus responsabilidades, no se ha llevado a cabo una revisión exhaustiva ni ajustes significativos a su estructura legal o funcional.
Incremento en las funciones del ejército
El ejército ha asumido responsabilidades que tradicionalmente correspondían a cuerpos civiles, lo que genera preocupaciones sobre la militarización de funciones esenciales. Dentro de sus nuevas tareas se incluyen:
- Seguridad pública y combate al crimen organizado
- Control de aduanas y puertos
- Construcción de grandes obras de infraestructura
- Operación de la Guardia Nacional
Ante esto, varios expertos y organizaciones de derechos humanos han alzado la voz, resaltando la importancia de una reforma que regule y supervise adecuadamente estas funciones. La ausencia de tal reforma podría dar lugar a un poder militar sin controles efectivos, lo cual es visto con preocupación por diversos sectores.
Un analista señala,
“Es fundamental que exista un marco legal claro que defina las funciones del ejército, para que no se extralimiten en sus atribuciones y se protejan los derechos humanos”.
La falta de rendición de cuentas en algunos casos ha generado críticas tanto a nivel nacional como internacional.
Por lo tanto, es crucial iniciar debates sobre cómo reformar las leyes militares para que reflejen las actuales circunstancias y responsabilidades del ejército, asegurando un balance entre sus funciones y la protección de la ciudadanía. La sociedad mexicana demanda transparencia y control civil sobre las fuerzas armadas para proteger su democracia.