Recientes investigaciones han revelado que los ductos de gas natural en México son vulnerables a desastres, lo que podría tener serias repercusiones tanto a nivel ambiental como económico. La Comisión Nacional de Seguridad Nuclear y Salvaguardias (CNSNS) ha expresado su preocupación por la falta de medidas adecuadas para prevenir posibles catástrofes.
Riesgos y consecuencias
Se han identificado varias áreas de riesgo en el país, donde los ductos atraviesan regiones propensas a sismos, deslizamientos de tierra e inundaciones. Estos factores naturales pueden comprometer la integridad de las infraestructuras, llevando a posibles fugas, explosiones o incendios.
Un informe reciente destaca los siguientes riesgos y situaciones potencialmente problemáticas:
- Total de kilómetros de ductos en operación: más de 10,000 km.
- Porcentaje de ductos en regiones sísmicas: 35%.
- Cantidad de inspecciones anuales realizadas: menos de 10 por km.
La CNSNS insiste en la urgencia de mejorar la vigilancia y el mantenimiento de estas infraestructuras. Un vocero de la comisión declaró:
“Es imperativo que se implementen protocolos más rigurosos para evitar cualquier accidente que pueda tener un impacto devastador.”
Por su parte, las autoridades energéticas han señalado que se está trabajando en un plan para incrementar las medidas de seguridad, aunque aún no se han presentado detalles concretos sobre cómo se abordarán las vulnerabilidades actuales. El país se enfrenta al reto de equilibrar el desarrollo energético con la seguridad y la protección ambiental.