El fenómeno de la “trenitis” ha capturado la atención de muchos en México. Aunque aún no es reconocido oficialmente como un padecimiento médico, la obsesión y el entusiasmo por los trenes son más comunes de lo que imaginamos. Este término informal se refiere al entusiasmo, fascinación y a veces obsesión que algunas personas sienten por los trenes y el mundo ferroviario. Quienes lo padecen suelen disfrutar de actividades como viajar en tren, coleccionar modelos a escala, o simplemente pasar tiempo observando trenes.
Manifestaciones de la “trenitis”
La “trenitis” no se limita a un solo tipo de persona o grupo demográfico. A menudo, los “trenitistas” buscan experiencias únicas y emocionantes relacionadas con los trenes. La tecnología moderna ha facilitado que más personas participen en este pasatiempo, ya que muchas ciudades y países ofrecen servicios ferroviarios turísticos.
Algunos puntos destacados sobre las actividades y preferencias de quienes disfrutan este pasatiempo incluyen:
- Viajar en tren como una actividad recreativa.
- Coleccionar modelos de tren a escala.
- Visitar museos ferroviarios y parques temáticos.
- Participar en comunidades en línea sobre trenes.
Una persona apasionada por los trenes explicó:
“Los trenes no son solo un medio de transporte, son una forma de vida y una fuente interminable de exploración”.
Este entusiasmo a menudo se comparte en grupos y foros dedicados donde se intercambian experiencias y conocimientos.
La admiración por los trenes puede parecer una afición más, pero para muchos, representa una verdadera devoción. En el contexto de las ciudades mexicanas, donde se están desarrollando nuevos proyectos ferroviarios, la “trenitis” podría ganar aún más relevancia. A medida que el mundo se mueve hacia una movilidad más sostenible y eficiente, la pasión por los trenes seguirá siendo un aspecto interesante de la cultura contemporánea.