El panorama político en Sinaloa ha estado marcado por las tensiones entre el gobernador Rubén Rocha Moya y el grupo criminal conocido como “Los Chapitos”. Este conflicto se ha intensificado recientemente, generando preguntas sobre las alianzas y lealtades dentro del estado. Durante una conferencia de prensa, Rocha Moya declaró que ningún funcionario de su gobierno está vinculado con el narcotráfico, subrayando su compromiso con la legalidad.
Declaraciones de Rocha y su impacto
En un tono firme, Rocha Moya afirmó:
“Mi gobierno no tiene alianza con el narcotráfico. Estamos comprometidos con la seguridad y la paz de nuestros ciudadanos.”
Su declaración tuvo eco en la opinión pública, despertando diversas reacciones entre los sinaloenses. Algunos ven con escepticismo la posibilidad de que la administración estatal pueda estar completamente desligada de la influencia de los cárteles.
Las cifras recientes muestran una compleja realidad en Sinaloa, con estadísticas que detallan el alcance del crimen organizado:
- La tasa de homicidios en el estado se mantiene por encima del promedio nacional.
- Los delitos relacionados con el narcotráfico representan un alto porcentaje de los casos judiciales.
El gobierno de Rocha Moya se enfrenta a un gran desafío para asegurar que sus políticas de seguridad puedan efectivamente reducir estos índices y establecer un estado de derecho más robusto. En tanto, los ciudadanos en Sinaloa se mantienen atentos al desarrollo de esta situación, cuyo desenlace podría tener un impacto significativo en la vida diaria y en el paisaje político de la región.