Claudia Sheinbaum, aspirante a la presidencia de México, ha adoptado una táctica política que consiste en señalar “enemigos imaginarios”, una estrategia similar a la utilizada por el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador. Este enfoque busca consolidar su base de apoyo al crear una narrativa de oposición y resistencia ante figuras o grupos que, según ella, amenazan el proyecto de transformación del país.
Una estrategia conocida
La estrategia de Sheinbaum se centra en identificar y criticar a actores políticos o económicos que supuestamente actúan en contra del interés del pueblo. Esta táctica no es nueva en la política mexicana y ha sido una herramienta común para movilizar a los seguidores y consolidar el poder.
Sheinbaum ha enfatizado que su propuesta política busca continuar con el legado de López Obrador, reforzando las políticas sociales y económicas que han sido implementadas durante su administración. Sin embargo, algunos críticos advierten que esta táctica puede polarizar más a la sociedad mexicana, creando divisiones innecesarias entre los ciudadanos.
- Cerca del 70% de los mexicanos aprueban la gestión de López Obrador.
- La popularidad de Sheinbaum ha crecido en un 15% desde que anunció su candidatura.
“Nuestro movimiento tiene como principal objetivo el bienestar del pueblo, y no permitiremos que intereses oscuros frenen el progreso.”
El uso de enemigos imaginarios podría ser una estrategia efectiva para movilizar votantes, pero también plantea desafíos en cuanto a la unidad y el diálogo dentro del país. Mientras tanto, Sheinbaum continúa su campaña destacando los logros del actual gobierno y prometiendo un futuro con mayor equidad y justicia social.