En los últimos años, México ha estado experimentando cambios significativos en su panorama sociopolítico. Los movimientos sociales y las reacciones ciudadanas han comenzado a tomar un papel más destacado en la agenda pública. La población se enfrenta a diversos desafíos, como la corrupción y la violencia, lo que ha fomentado una cultura de participación más activa y crítica hacia las instituciones.
El silencio que habla
Estos esfuerzos por parte de la ciudadanía no siempre han sido acogidos con la misma intensidad por las autoridades. En muchos casos, las demandas de justicia y transparencia han encontrado una respuesta silente o nula por parte del gobierno, lo que genera frustración en la población.
Una experta en movimientos sociales señaló,
“El silencio del gobierno puede interpretarse como una forma de amenaza muda, que no necesita palabras para ser entendida”.
Este tipo de actitudes han llevado a más ciudadanos a levantar la voz y exigir cambios significativos.
Algunos datos ilustran esta situación:
- En 2022, alrededor del 45% de los mexicanos expresaron desconfianza hacia el sistema judicial.
- El índice de percepción de corrupción en el país sigue siendo alto, ubicándose en el lugar 124 de 180 países evaluados.
- Se han registrado más de 15,000 manifestaciones en los últimos cinco años.
La presión social no muestra signos de disminuir. Al contrario, parece que cada vez más ciudadanos están dispuestos a desafiar el statu quo en busca de un país más justo y transparente.