En México, el debate sobre las fotomultas ha vuelto a surgir, centrándose en su implementación y efectividad. Mientras algunos defienden esta medida como una forma de mejorar la seguridad vial, otros critican su correcta ejecución y motivaciones económicas.
Argumentos a favor de las fotomultas
Los defensores de las fotomultas argumentan que estas contribuyen a reducir los accidentes de tráfico al obligar a los conductores a respetar los límites de velocidad establecidos. Además, señalan que las fotomultas no solo tienen un enfoque sancionador, sino también preventivo y educativo.
De acuerdo con datos recopilados en otras ciudades donde se ha implementado este sistema, se han reportado mejoras significativas en seguridad vial. Entre los beneficios destacados, se encuentran:
- Reducción del 20% en el número de accidentes.
- Disminución del 15% en el número de heridos.
- Hasta un 10% menos de muertes por accidentes de tráfico.
No obstante, para lograr estos resultados positivos, es crucial que la implementación sea clara, justa y transparente.
“Si se van a reactivar las fotomultas, es preciso hacerlo bien”, afirman varios especialistas en seguridad vial.
Las críticas a las fotomultas apuntan principalmente a su ejecución, donde algunos señalan que las cámaras no siempre están bien calibradas y las multas pueden ser inexactas. Además, existe la percepción de que se utiliza más como un método de recaudación económica que como una estrategia de seguridad.
Para que las fotomultas cumplan su objetivo de mejorar la seguridad, es indispensable que las autoridades revisen y ajusten continuamente los procesos y que exista una comunicación clara con la ciudadanía sobre los propósitos y el funcionamiento del sistema.