El Papa Francisco, a pesar de sus problemas de salud, se ha salido del guion durante su gira por Asia, demostrando que aún tiene la capacidad de movilizar a grandes multitudes. Durante su visita a Mongolia, el Pontífice mostró gestos espontáneos hacia los fieles que habían viajado grandes distancias para verlo.
Visita a Mongolia
En Ulán Bator, capital de Mongolia, el Papa fue recibido por decenas de miles de personas que llenaron las calles para verle pasar. A pesar de un notorio deterioro en su salud, incluyendo problemas en la rodilla y cadera, Francisco no dudó en salir de su vehículo para bendecir a la multitud y dirigirles unas palabras.
El Pontífice, conocido por su cercanía y humildad, hizo hincapié en la importancia de la paz y la unidad. En una de sus intervenciones, dijo:
“No debemos tener miedo de los cambios. La paz y la unidad son posibles si trabajamos juntos.”
Durante su visita, Francisco participó en varias reuniones con líderes religiosos y políticos del país asiático, donde destacó la diversidad cultural y promovió el diálogo interreligioso.
Los datos de asistencia a los eventos papales fueron impresionantes:
- 75,000 personas en la misa en el estadio central.
- 50,000 en las calles de Ulán Bator.
- 10,000 en reuniones y eventos privados.
La gira del Papa Francisco por Asia no solo reafirma su papel como líder espiritual, sino también como un importante actor en la diplomacia mundial.