El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha ordenado la venta de la residencia de la embajada colombiana en México, como parte de su política de reducción de gastos y de optimización de recursos diplomáticos. Esta decisión se enmarca dentro de una serie de medidas que el mandatario ha implementado para disminuir los gastos superfluos en el servicio exterior.
Medidas de austeridad
Petro ha insistido en la importancia de reducir costos innecesarios dentro del gobierno colombiano. La venta de la residencia en México es solo un ejemplo de las acciones que busca implementar su administración para optimizar el uso de los recursos públicos.
Fuentes cercanas al embajador colombiano en México han señalado que la propiedad tiene un valor considerable en el mercado inmobiliario actual. Además, se ha identificado que los costos de mantenimiento de la residencia eran elevados, lo cual justifica la decisión del presidente Petro.
El embajador recibió instrucciones para iniciar el proceso de venta y se espera que los fondos generados por esta transacción sean reorientados a áreas prioritarias dentro del servicio diplomático colombiano.
“Nos encontramos en un momento en el que es crucial hacer un uso eficiente de los recursos públicos”, indicó una fuente oficial cercana al gobierno de Petro.
El gobierno colombiano ha destacado algunos puntos relevantes sobre esta decisión:
- Reducción de costos asociados al mantenimiento de la propiedad.
- Reinversión en áreas estratégicas del servicio exterior.
- Promoción de una política de austeridad responsable y sostenible.
Esta medida ha generado diversas opiniones tanto a favor como en contra, pero para el gobierno colombiano es una señal clara de su compromiso con la eficiencia y la transparencia en el manejo de los recursos del país. La venta de la residencia es una iniciativa que busca reflejar un cambio en la manera en que Colombia gestiona sus activos diplomáticos.