En el contexto de la reciente cumbre del G20, la anticipada participación de Claudia Sheinbaum generó expectativas respecto a su enfoque sobre la agenda medioambiental a nivel global. Sheinbaum, quien se perfila como una figura central en la política mexicana, destacó la importancia de la colaboración internacional para abordar la crisis climática y promover el desarrollo sostenible en el ámbito global. En su intervención, enfatizó la necesidad de acciones conjuntas que impulsen la transición hacia energías limpias y renovables.

Contraste con la política interna

Sin embargo, este discurso contrasta con acciones recientes en el ámbito nacional, donde se ha anunciado un recorte presupuestal significativo para la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). Este recorte ha generado preocupación entre expertos y activistas ambientales en México, quienes argumentan que podría debilitar la capacidad del país para enfrentar desafíos ambientales internos.

Datos relevantes sobre el recorte incluyen:

• Una reducción del 21% en el presupuesto asignado a la Semarnat.
• Impacto en programas clave de protección ambiental.
• Reducción en el financiamiento para áreas naturales protegidas.

Los críticos señalan la contradicción entre el discurso de Sheinbaum en foros internacionales y las políticas implementadas a nivel local, sugiriendo que se requiere una estrategia coherente que fortalezca tanto el compromiso global como los esfuerzos nacionales en materia ambiental. Un activista expresó:

“No podemos avanzar de manera sostenible si no respaldamos nuestras metas con recursos adecuados a nivel interno”.