En Torreón, Coahuila, se ha desatado una controversia política de gran calado tras la reciente rebelión fallida del alcalde Román Alberto Cepeda González. La estrategia que Cepeda lideró con el propósito de influir en la estructura del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha generado un notable desorden interno en el partido, pero no logró sus objetivos principales.
Contexto y Desenlace
La táctica de Cepeda consistió en intentar desplazar a figuras clave dentro del PRI local para fortalecer su posición y la de sus aliados. Sin embargo, esta movida no alcanzó el éxito esperado. Según fuentes internas, la resistencia que enfrentó Cepeda fue significativa y derivó en una fractura visible dentro de la estructura del partido. De acuerdo con analistas políticos, las acciones del alcalde podrían tener repercusiones a corto y mediano plazo en la cohesión del PRI en Coahuila.
Las cifras muestran ya algunos indicios de este impacto, reflejadas en la percepción pública y en las encuestas sobre popularidad dentro de la región:
- Un 45% de los simpatizantes del PRI en Torreón señala una pérdida de confianza en el liderazgo local.
- El 30% de los militantes temen que estas divisiones afecten las próximas elecciones estatales.
- Cerca del 25% considera necesaria una renovación completa de la dirigencia local para superar la crisis.
Una de las voces críticas en esta situación expresó su preocupación de la siguiente manera:
“La falta de unidad y los conflictos internos solo debilitarán nuestra posición frente a los próximos retos electorales,” afirmó un miembro del comité directivo de Torreón.
Por su parte, Román Alberto Cepeda ha defendido sus acciones argumentando que son parte de un esfuerzo por modernizar y dinamizar el partido, aunque hasta el momento estas declaraciones no han logrado calmar las aguas turbias dentro del PRI local.