En el contexto del debate sobre el Paquete Fiscal 2025, nos encontramos ante un interesante fenómeno: nadie se pronuncia en su defensa, ni quienes apoyan al gobierno actual ni sus críticos más acérrimos.
Descontento generalizado
El Paquete Fiscal, cuya finalidad debería ser clara y destinada a mejorar la situación económica del país, parece no encontrar un defensor claro entre los diferentes grupos políticos y sociales. En lugar de un consenso, se observa claramente un descontento por parte de varios sectores.
Las críticas se centran principalmente en la falta de incentivos para la inversión y en la carga fiscal que podría entorpecer el crecimiento económico. Sin embargo, el punto que más controversia genera es la percepción de que el presupuesto no está alineado con las prioridades que necesita el país en este momento.
“Es un paquete que no satisface a nadie, ni a los chairos ni a los no chairos”, comentó un analista político.
Dentro del análisis del presupuesto, se destacan algunos números importantes que generan preocupación:
- El crecimiento previsto del PIB es de apenas un 2%.
- La deuda pública podría incrementarse hasta un 50% del PIB en los próximos años.
- Se espera que la inflación se mantenga en un rango del 4% al 5%.
Este panorama económico plantea retos significativos para el futuro cercano y llama a un diálogo más profundo sobre las verdaderas prioridades nacionales. Sin un respaldo contundente, el Paquete Fiscal 2025 se enfrenta a una difícil aprobación y a una aún más compleja implementación.