En los últimos años, hemos sido testigos de un deterioro en la interacción social, un fenómeno definido por especialistas como una “patología social”. Esta expresión se refiere a los comportamientos y actitudes degeneradas que se están volviendo comunes en la sociedad moderna, alimentadas por el consumismo, la corrupción y la falta de valores éticos.

Causas del fenómeno

La innata búsqueda del bienestar se ha transformado en un materialismo exacerbado. Esta situación ha llevado a una desconexión entre los individuos y su entorno social, resultando en un deterioro de las relaciones interpersonales y una pérdida de confianza. Las redes sociales, aunque diseñadas para acercar a las personas, han contribuido a este problema, promoviendo la hiperconectividad y la superficialidad en las interacciones humanas.

• Incremento del consumismo: la búsqueda incesante de bienes materiales.
• Corrupción: afecta la confianza en las instituciones y en los individuos.
• Desintegración de valores éticos fundamentales.

Expertos alertan sobre las consecuencias a largo plazo de esta patología, que incluyen el incremento de la agresividad y la indiferencia hacia el sufrimiento ajeno. Señalan que es urgente replantear las prioridades como sociedad para evitar un deterioro mayor.

“La sociedad debe revalorar la empatía y la solidaridad para reconstruir un tejido social saludable”, afirman los especialistas en patologías sociales.

En conclusión, se requiere de un cambio sustancial en la conciencia colectiva para revertir esta tendencia, promoviendo el bienestar común y la recuperación de los valores humanos esenciales.