En la cotidianidad, muchas personas disfrutan de una ducha caliente ya sea para relajar los músculos o porque lo consideran más higiénico. Sin embargo, hay un lado negativo que pocos consideran: el impacto negativo que estas tienen sobre la piel y el cabello.
Impacto de las duchas calientes
Las duchas con agua caliente pueden ser perjudiciales para la salud del cabello y la piel. Según expertos en dermatología, el uso de agua caliente en la ducha tiende a eliminar la protección natural que ofrece el cuerpo, lo que puede agravar algunos problemas dermatológicos. Esto sucede porque el agua caliente elimina los aceites naturales que protegen la piel y el cabello, resultando en sequedad y posibles irritaciones.
Algunos efectos adversos observados son:
- Piel seca y escamosa.
- Aumento de la sensibilidad e irritaciones.
- Cabello quebradizo y sin brillo.
“El agua caliente abre los poros y provoca que las glándulas sebáceas trabajen en exceso para compensar la pérdida de aceites naturales”, comentan los dermatólogos.
Se recomienda optar por duchas tibias en lugar de calientes y utilizar productos humectantes apropiados para mitigar los efectos negativos. Asimismo, es aconsejable evitar ducharse durante periodos prolongados para reducir el impacto en la epidermis y preservar mejor la salud del pelo.