En las últimas semanas, los estados fronterizos de México han expresado su preocupación ante la creciente oleada migratoria que llega a sus territorios. La posibilidad de recibir apoyo por parte de la Cuarta Transformación (4T) del gobierno federal se ha convertido en una pregunta persistente. Gobernadores y autoridades locales se cuestionan si se destinarán los recursos necesarios para enfrentar esta situación que, aseguran, está poniendo a prueba la capacidad de respuesta de sus instituciones.

Preocupaciones en los estados fronterizos

El panorama migratorio en esta región ha sido desafiante. Las autoridades locales han señalado que no cuentan con los recursos suficientes para atender las necesidades de los migrantes y mantener el orden en sus localidades. A pesar de las promesas de cooperación federal, la incertidumbre prevalece.

Entre las preocupaciones más destacadas se encuentran:

• La falta de infraestructura para albergar a un número creciente de migrantes.
• Escasez de personal en los servicios de salud y asistencia social.
• Estrés en los sistemas de seguridad pública.

Un funcionario del estado de Coahuila expresó sus dudas:

“Necesitamos apoyo concreto y no solo palabras. Los recursos federales son imprescindibles para administrar esta crisis sin precedentes.”

En resumen, mientras los estados fronterizos lidian con estos desafíos, la expectativa de una colaboración más efectiva con el gobierno federal se mantiene como un tema central de discusión entre las autoridades y la comunidad local.