La elección presidencial en Estados Unidos es un proceso complejo debido al sistema de voto indirecto del Colegio Electoral, donde los votantes en realidad eligen electores que luego votarán por el presidente. Este sistema causa que el anuncio del ganador no siempre coincida con el cierre de las urnas. Aunque las elecciones se llevaron a cabo el 3 de noviembre, este año en particular, la espera puede ser más larga debido a varios factores.
Factores que influyen en los resultados
El contexto de la pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto significativo en el proceso electoral, dado que un número récord de personas ha optado por votar por correo para evitar las multitudes en los centros de votación. Este cambio ha presentado desafíos adicionales en el conteo de votos.
En muchos estados, las leyes no permiten el conteo de votos por correo antes del día de las elecciones, lo que retrasa los resultados. Además, algunos estados están demasiado reñidos, lo que requiere escrutinios más exhaustivos. Expertos electorales han señalado lo siguiente:
“El conteo de votos por correo puede tomar días o incluso semanas en ser completado.”
A continuación, se presentan algunos datos relevantes sobre el proceso electoral de este año:
- Más de 100 millones de votos anticipados emitidos antes del día de las elecciones.
- Varios estados clave donde el margen de victoria es inferior al 1%.
- Las leyes de conteo varían significativamente entre los estados.
La combinación de estos factores sugiere que la declaración final de un ganador puede demorar más de lo habitual. Los analistas instan a los votantes y al público a tener paciencia mientras se completan todos los procesos de conteo de votos para asegurar la máxima precisión y validez de los resultados.