Alberto, un joven harto de las decepciones amorosas, decide construir su propio mundo ideal. En lugar de seguir siendo engañado por las ilusiones del amor, crea una vida perfecta en su imaginación. En este mundo, él es el protagonista y está envuelto en una serie de aventuras románticas donde siempre es comprendido y valorado.

El deseo de escapar de la realidad

Ante la imposibilidad de encontrar a la pareja ideal, Alberto elige la fantasía sobre la realidad, y poco a poco, su vida imaginaria se vuelve más atractiva. Las desilusiones de la vida real se disipan mientras se sumerge en un sueño donde todo resulta como él desea.

El aislamiento emocional es cada vez mayor, pero Alberto no lo ve como un problema. Prefiere seguir en su burbuja, donde no hay margen para el error ni sufrimiento. Esta decisión marca un cambio significativo en su vida diaria, afectando sus relaciones personales y cómo se comunica con los demás.

Datos sobre la situación de Alberto:

• Se siente incomprendido en el mundo real.
• Prioriza la imaginación sobre la interacción social.
• Experimenta una felicidad ficticia pero constante.

Con el tiempo, Alberto se da cuenta de que la perfección no existe, ni siquiera en su mundo de fantasía. A pesar de ello, sigue aferrándose a su creación, justificando su elección con palabras como:

“La imperfección del mundo real no es algo que deba aceptar cuando puedo crear mi propia versión ideal”.

Este enfoque resalta el dilema entre vivir en una realidad imperfecta o en una fantasía idílica controlada por uno mismo.