El fracking en Coahuila ha despertado preocupaciones significativas sobre el uso y la gestión del agua en la región. A medida que el desarrollo de técnicas no convencionales de extracción de petróleo y gas avanza, las tensiones entre los defensores del medio ambiente y la industria energética se intensifican. Esta técnica, conocida como fracturación hidráulica, implica la inyección de grandes volúmenes de agua, arena y productos químicos en formaciones subterráneas para liberar recursos energéticos.
Impacto del fracking en el agua
La preocupación principal reside en el consumo y posible contaminación del agua, un recurso cada vez más escaso en el estado. De acuerdo con especialistas, el uso de fracking podría aumentar la demanda de agua y empeorar la ya precaria situación hídrica. La disputa por quién tiene derecho a usar el agua profundiza los conflictos entre comunidades rurales, agricultores y la industria.
- Se estima que el fracking requiere entre 7.5 y 30 millones de litros de agua por pozo.
- En Coahuila, la disponibilidad de agua es de solo 1,500 metros cúbicos por persona al año.
María López, activista ambiental en la región, resalta la gravedad de la situación:
El agua es un recurso vital y el fracking lo está poniendo en riesgo. No solo afecta nuestra vida y agricultura, sino también a las generaciones futuras.
Por su parte, representantes de la industria aseguran que utilizan tecnologías avanzadas para minimizar el impacto ambiental. Sin embargo, muchos expertos advierten que las medidas actuales no son suficientes para proteger los recursos hídricos de la región.