La exposición a conflictos bélicos tiene un profundo impacto en los niños, afectando no solo su bienestar emocional sino también su desarrollo biológico. Investigaciones recientes han demostrado que el estrés intenso que sufren los niños en zonas de guerra puede influir en el funcionamiento de su ADN.
Impacto en el ADN de los niños
Constantemente sometidos a situaciones de estrés, los niños en zonas bélicas muestran alteraciones en la expresión genética. Estas modificaciones no son cambios permanentes en la secuencia del ADN, sino alteraciones en cómo ciertos genes se activan o desactivan.
Los científicos han descubierto que el estrés extremo puede activar ciertas respuestas biológicas que, a largo plazo, tienen el potencial de afectar la salud y el desarrollo cognitivo de los menores. Entre los efectos observados se encuentran:
- Problemas de memoria y aprendizaje
- Aumento en la probabilidad de desarrollar trastornos de ánimo
- Mayor riesgo de enfermedades crónicas en el futuro
Según los expertos, las experiencias traumáticas en la infancia pueden dejar una “huella” biológica que repercute mucho después de que el peligro haya pasado. Como lo explica un investigador,
“La guerra no solo afecta el presente de los niños, sino que tiene implicaciones profundas para su futuro biológico y emocional”.
Comprender estos efectos es crucial para desarrollar intervenciones que puedan mitigar los daños y apoyar el desarrollo saludable de los niños afectados por conflictos bélicos. Las investigaciones continúan, buscando estrategias efectivas para brindarles a estos menores un mejor futuro y mejorar su calidad de vida a pesar de las adversidades vividas.