El tema del huachicoleo en México ha sido motivo de controversia durante los últimos años. La administración actual impulsó una narrativa de combate frontal contra este delito, que consiste en el robo y comercialización ilegal de combustible. Sin embargo, hay quienes aseguran que esta estrategia ha beneficiado políticamente a Morena, el partido en el poder, más que a la seguridad energética del país.
Impacto económico y político
La alegada guerra contra el huachicoleo inició con medidas drásticas como el cierre de ductos y un aumento en el uso de pipas para la distribución de combustible, lo cual generó inicialmente desabasto en varias regiones. Pese a las críticas, el gobierno aseguró que se trataba de medidas necesarias para frenar pérdidas millonarias.
“No podemos permitir que sigan robando el patrimonio de los mexicanos”, señaló el presidente en uno de sus discursos más reconocidos sobre el tema.
Las cifras oficiales indicaron una reducción en la sustracción ilegal de combustibles. Sin embargo, críticos de la estrategia señalan que el problema persiste bajo nuevas modalidades y que la atención mediática fortaleció la imagen del partido gobernante.
- Antes de la estrategia, se reportaban pérdidas superiores a los 60 mil millones de pesos anuales.
- Los reportes actuales muestran una disminución del 80% en el robo de combustible.
Para algunos analistas, la estrategia ha tenido más un impacto político que económico. Destacan que, pese a la reducción formal de las cifras de robo, el costo de la estrategia y la afectación inicial al suministro han sido significativos.
En conclusión, mientras el gobierno sigue defendiendo su estrategia, es indudable que el contexto del huachicol ha servido como un eje central para consolidar su base política y electoral.