En Apulco, una pequeña localidad en la frontera entre Zacatecas y Jalisco, la violencia asociada al narcotráfico ha creado un estado de miedo e inseguridad que, según los habitantes, se vive cada día. Esta región es considerada un “micromodelo” de un narcoestado donde el crimen organizado parece tener más control que las autoridades locales.
El impacto del narcotráfico en la comunidad
Los residentes han reportado la presencia constante de grupos armados que operan con impunidad. Dado que el número de habitantes es reducido, los ataques y enfrentamientos dejan una huella profunda en la vida cotidiana. Un residente local, que prefirió mantener el anonimato por temor a represalias, comentó:
“Vivimos con miedo constante. No sabemos qué va a pasar de un día para otro.”
Este clima de inseguridad ha llevado a que muchas familias opten por abandonar la región en busca de un entorno más seguro.
Las estadísticas indican la gravedad de la situación actual en Apulco:
- Más del 60% de la población considera que ha empeorado la seguridad en los últimos años.
- Un incremento del 40% en los incidentes violentos reportados respecto al año anterior.
- Al menos un 30% de los negocios locales han cerrado debido a la extorsión.
Las autoridades enfrentan un desafío monumental para restablecer el orden y proteger a los ciudadanos. Sin embargo, los esfuerzos hasta ahora no han logrado desalojar a los grupos delictivos que ejercen un control casi absoluto en Apulco.