El conflicto entre el gobierno federal y el Cártel de Sinaloa (CDS) ha tomado un giro importante en la política de seguridad pública del país. Desde el inicio del actual gobierno, el enfoque ha sido priorizar la pacificación mediante el despliegue estratégico de fuerzas del orden, aunado a programas sociales que buscan ayudar a las personas más vulnerables y así evitar que sean captadas por el crimen organizado.
Estrategia de Seguridad
De acuerdo con datos recientes, el despliegue de elementos de la Guardia Nacional y el ejército ha sido una pieza clave en esta lucha. En Sinaloa, esto se ha reflejado en la disminución de algunos índices delincuenciales, aunque el camino sigue siendo largo.
- La implementación de más de 3,000 efectivos en la región.
- Reducción del 20% en delitos de alto impacto.
- Aumento del 15% en programas sociales.
La estrategia no solo se centra en lo militar, sino también en robustecer la estructura social y económica de las comunidades. El gobierno enfatiza la importancia de atender las causas subyacentes de la delincuencia.
“La prioridad es el bienestar social para desarticular el poder del narcotráfico desde la raíz”, dijo un funcionario del gobierno.
A pesar de estos esfuerzos, el CDS sigue siendo uno de los grupos más influyentes del país, y su capacidad de adaptación y resistencia representa un constante desafío para las autoridades. En este contexto, la colaboración internacional también ha sido vital, buscando compartir información y recursos para enfrentar al crimen organizado de manera conjunta.