La tradición de la siesta, tan arraigada en la cultura mexicana, parece estar desapareciendo en Saltillo debido al ritmo frenético de la vida moderna. Este hábito, que solía ser una parte fundamental de la jornada, está perdiéndose en medio del vertiginoso ritmo de actividades y responsabilidades.
El cambio en las costumbres
En décadas pasadas, era común que después de la comida, las personas se dedicaran a descansar en sus hogares, tomando una siesta que ayudaba a recargar energías para el resto del día. Sin embargo, en la actualidad, esta práctica es cada vez menos frecuente.
Expertos señalan que el cambio es parte de un fenómeno global donde la urgencia de aprovechar cada minuto del día desplaza aquellos momentos de descanso fundamentales para el bienestar. Las largas jornadas laborales, el tráfico y las múltiples ocupaciones diarias son factores determinantes en este cambio de hábitos.
Según un estudio reciente, estos son algunos datos clave sobre la disminución de la siesta en Saltillo:
- El 60% de los encuestados asegura que ya no toma siesta debido a la falta de tiempo.
- El 25% menciona que sus trabajos no permiten pausas prolongadas.
- Solo el 15% mantiene la tradición de descansar después de la comida.
“Hoy en día, el ritmo de vida hace difícil encontrar tiempo para una siesta. Las exigencias laborales y personales han cambiado nuestra forma de vivir”, comenta un sociólogo local.
Este cambio no solo afecta el bienestar físico, sino también el emocional, ya que la siesta ha sido considerada por muchos como una herramienta para mejorar el estado de ánimo y la salud general. Ante la desaparición de esta tradición, algunos especialistas recomiendan buscar alternativas de descanso, como pausas cortas durante el día, para mantener un equilibrio entre las obligaciones y el bienestar personal.