En épocas pasadas, Saltillo vivió tiempos marcados por la tensión y la necesidad de autodefensa. Durante los años de 1913 a 1916, la Revolución Mexicana llevó incertidumbre a muchas localidades, incluida Saltillo, donde los ciudadanos se veían obligados a garantizar su seguridad personal de cualquier forma posible.
Formas de Protección
En ausencia de un cuerpo policial suficiente y bien equipado, los habitantes adoptaron medidas creativas e innovadoras para protegerse. Fabricaban sus propias armas y municiones, empleando cualquier recurso disponible. La pólvora, elemento esencial para estas armas rudimentarias, se convirtió en un producto cotidiano en muchos hogares.
En aquel entonces, las familias de Saltillo estaban preparadas para defender su patrimonio. Era cotidiano escuchar detonaciones, ya que las armas hechizas eran puestas a prueba con regularidad. Por supuesto, estos artefactos no siempre eran seguros y las lesiones accidentales eran frecuentes.
Datos sobre la situación:
- Periodo de mayor inseguridad: 1913-1916
- Falta de policías bien armados y capacitados
- Creciente producción de armas caseras
Una frase que resonó en la memoria colectiva de la época es:
“Quien no se arma, no sobrevive”
.
Hoy en día, Saltillo ha dejado atrás esos tiempos de zozobra. Sin embargo, el recuerdo de aquellos años aún pervive en la memoria de sus habitantes y sirve como un poderoso recordatorio de la resistencia y capacidad de adaptación de la comunidad ante la adversidad.