La Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en Carreteras de Estados Unidos (NHTSA, por sus siglas en inglés) ha intensificado su escrutinio sobre la tecnología de conducción autónoma de Tesla, tomando medidas para investigar posibles defectos en sus vehículos. Este enfoque renovado surge después de numerosos incidentes en los que los automóviles Tesla, equipados con su software de asistencia al conductor, estuvieron involucrados en colisiones, algunas de ellas fatales.
Incremento en Incidentes
La preocupación principal de la NHTSA se centra en el software de conducción autónoma de Tesla, denominado ‘Full Self-Driving’ (FSD). La investigación busca determinar si el sistema presenta fallas sistémicas que podrían poner en peligro la seguridad de los conductores y otros usuarios de la carretera.
Según el organismo regulador, han ocurrido incidentes preocupantes en los que vehículos operando bajo el sistema FSD colisionaron con vehículos de emergencia estacionados, lo que ha provocado un análisis exhaustivo por parte de las autoridades. En estos casos, las investigaciones preliminares han revelado que la tecnología puede no estar respondiendo adecuadamente a ciertas condiciones de tráfico.
La NHTSA ha documentado una serie de datos estadísticos que exponen la magnitud del problema:
- Más de 30 accidentes relacionados con el sistema FSD desde 2016.
- Al menos 10 muertes vinculadas a estos incidentes.
- Más de 800 quejas recibidas por el uso del software.
En respuesta a esta investigación, Tesla ha defendido la seguridad de su tecnología, afirmando que sus vehículos han recorrido millones de kilómetros con el sistema FSD activado. La empresa subraya que el objetivo de su tecnología es mejorar significativamente la seguridad vial, pero está cooperando con la NHTSA para esclarecer cualquier inquietud.
“Nuestros vehículos están equipados con uno de los sistemas de conducción más avanzados del mercado. Estamos comprometidos con la transparencia y la mejora continua de nuestros productos”, expresó un portavoz de Tesla.
Esta investigación podría resultar en nuevas regulaciones para la industria de vehículos autónomos en Estados Unidos, lo que afectaría no solo a Tesla, sino también a otros fabricantes que buscan desarrollar tecnologías similares. La atención de las autoridades sobre estos sistemas es crucial para garantizar que se implementen de manera segura y responsable en las carreteras.