El exlíder del Cártel del Golfo, Osiel Cárdenas Guillén, enfrenta nuevamente a la justicia en los Estados Unidos. Cárdenas Guillén, quien ya cumplió una condena en ese país, se ha declarado inocente de los nuevos cargos que se le imputan, relacionados con lavado de dinero y el control continuo de su organización desde la prisión.
Nuevos cargos y su defensa
Osiel Cárdenas Guillén fue arrestado en 2003 y extraditado a Estados Unidos en 2007, donde fue condenado a 25 años de prisión en 2010 por delitos relacionados con el tráfico de drogas. Sin embargo, según la fiscalía estadounidense, su influencia en el cártel continuó desde la cárcel, lo que ha llevado a las nuevas acusaciones.
Durante una audiencia en un tribunal federal, Cárdenas Guillén se declaró inocente y manifestó que no ha tenido ninguna relación con las actividades delictivas desde su encarcelamiento. En su defensa, su equipo legal argumenta que las acusaciones carecen de fundamento sólido.
Esta declaración se produce en medio de un proceso que podría complicar aún más su situación judicial. La fiscalía presentó pruebas que, según ellos, ilustran el control continuo de Cárdenas Guillén sobre las operaciones del cártel. Señalan que se han seguido transfiriendo grandes sumas de dinero, supuestamente bajo su dirección.
Entre las acusaciones más recientes, se menciona el uso de cuentas bancarias internacionales para lavar las ganancias ilícitas obtenidas del tráfico de drogas y otras actividades ilegales. Aunque la defensa de Cárdenas Guillén insiste en su inocencia, el caso avanza hacia un juicio donde se determinará su responsabilidad.
Las autoridades subrayan la necesidad de combatir eficazmente el lavado de dinero y desmantelar las operaciones de los cárteles de drogas. Este caso es considerado como un paso crucial en esos esfuerzos.
- Arrestado en 2003.
- Extraditado en 2007.
- Condenado a 25 años en 2010.
“Nosotros sostenemos que mi cliente es inocente de estos nuevos cargos y que las pruebas presentadas no son concluyentes,” declaró el abogado defensor de Cárdenas Guillén.
El impacto de este caso se siente en ambos lados de la frontera, donde las autoridades mexicanas también están interesadas en los avances del proceso y en cómo podría influir en la lucha contra el crimen organizado en México.